Innovación y tecnología

El Design Thinking rompe los parámetros del emprendimiento

Por Liz Briceño

Emprender es un largo camino que se puede comparar con el de una excursión cuyos senderos son desconocidos, por lo que tropezar con cualquier piedra puede resultar fácil; pero al mismo tiempo, genera una enorme satisfacción cuando se regresa a ver el recorrido: siempre se habrá avanzado.

Emprendiento en Ecuador

Durante los últimos años, Ecuador se ha caracterizado por ser un país de emprendedores y ha ocupado los primeros lugares en el proyecto de investigación Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio anual sobre emprendimiento que se realiza en 62 países. Los datos de estas investigaciones determinaron que la actividad emprendedora (TEA) en el Ecuador es alta; durante el 2015 fue del 33,6 % y en 2016 del 32 %, por lo que se ubicó en  el segundo lugar entre los países analizados durante ambos años. Además, se estima que los emprendedores se caracterizan por ser jóvenes menores de 45 años que no encontraron estabilidad laboral óptima.

Global Entrepreneurship Monitor

Es importante destacar que este proyecto investigativo arrojó datos concluyentes sobre lo que sucede en América Latina y el Caribe en cuestiones de género. Las cifras indican que el TEA en mujeres es alto en la región con un porcentaje del 17 %. Además, de que se ha conseguido una cierta paridad entre hombres y mujeres al momento de emprender: se estima que por cada 8 mujeres involucradas en un emprendimiento en etapa inicial hay 10 emprendedores varones. En Ecuador, un tercio de las mujeres laboralmente activas están iniciando un emprendimiento o ya está en marcha y se estima que la principal razón para emprender es porque son más sensibles a la necesidad, en comparación a los hombres que deciden hacerlo principalmente por una oportunidad, de acuerdo al mismo estudio.

A pesar de que los emprendimientos en el país son numerosos, las cifras muestran que 1 de cada 3 adultos ha iniciado los trámites para establecer un negocio y que estos proyectos tienen una vida de 42 meses.

Desing Thinking

Lorena Troya, diseñadora y máster en Creatividad, Innovación y Design thinking,  asegura que emprendedores deben recurrir a nuevas herramientas, pues la competencia es voraz y el consumidor ya no representa solo números, estadísticas o únicamente exige calidad, sino que la marca se debe identificar con lo que esta persona cree o con sus valores, por lo que para poder ganar espacio en el mercado y caracterizarse por brindar un producto o un servicio, éste debe distinguirse del resto y tener un valor agregado. En este contexto, tanto los emprendedores como las grandes empresas han tenido que recurrir a nuevas formas de concebir sus productos e innovar las exigencias del mercado, por lo que han recurrido a herramientas como el Design Thinking.

La experta comenta que esta última es una metodología que puede ser concebida como un kit de herramientas que ayuda a los emprendedores a enfocarse en su negocio, pero tomando siempre como centro al usuario. Por ejemplo: si tienen que crear una silla, primero se piensa para quién está dirigida, pues un niño no tiene las mismas características que una persona adulta o con problemas en la columna, y así no pretenden que todos los usuarios se amolden a esa silla. En la actualidad, el mundo de los empresarios funciona al revés, según Troya; es decir, primero se crea un servicio o un producto, después se piensa a quién va dirigido y finalmente se aplican estrategias de marketing y ventas para crear una necesidad en el entorno.

Con base en este criterio, Troya comenta que hay que cambiar el chip al momento de crear y dejar de lado las viejas prácticas, ya que es fundamental que primero se tome en cuenta al ser humano, sus sentimientos y se diseñen productos o servicios que apunten a satisfacer las necesidades de un grupo específico de la sociedad y no tratar de crear necesidades. De esta manera sse provoca innovación, dice Lorena, la cual es mal entendida en nuestro imaginario colectivo y se la relaciona únicamente con la tecnología. Comenta que innovar está al alcance de cualquier persona que desee emprender y no tiene por qué estar ligada a las nuevas plataformas digitales, pues se trata de ver qué se puede hacer para mejorar la experiencia del consumidor, de adaptarse a sus necesidades y de detectar lo que el público objetivo necesita. Por ejemplo, una importante cadena productora de pañales decidió aplicar la metodología del design thinking e investigó cómo veían los padres a los pañales. Descubrieron que, a diferencia de su visión empresarial, ellos no trataban a este producto como un contenedor de deshechos, sino como una prenda de vestir más para sus hijos. La organización rediseñó su producto y los pañales comenzaron a tener dibujos atractivos y creó una línea de pañales que se asemejan a la ropa interior para la etapa cuando el niño está aprendiendo a ir al baño y pueda subirlos y bajarlos con facilidad.

Es importante destacar que al enfocarse en nichos de mercado y abandonar el viejo modelo de ventas masivas, en el que se tiene que vender más al menor precio -lo que significa competir por el precio más bajo- se debe tener en cuenta las características emocionales de las personas; es decir, basta con conocer al cliente para darle lo que realmente desea o necesita y así destacar en el mercado.

Para poner en práctica el Design Thinking, lo primero que se debe realizar es una investigación cualitativa, casi sociológica, para entender las emociones de las personas.  Según Troya, esta es la parte más difícil de hacer entender al empresario o emprendedor, puesto que les cuesta romper con los moldes clásicos y quieren seguir haciendo las cosas “porque siempre se hicieron así” y se resisten a la investigación, que en ocasiones puede ser dolorosa, porque la gente muchas veces dice lo que ellos no quieren escuchar. Sin embargo, el porceso es necesario, hoy en día el público millennials es más estricto, exigente y que apela a valores como la responsabilidad social y el comercio justo.

Global Entrepreneurship Monitor

La investigación cualitativa es el primero de cinco pasos, que comienza por empatizar; es decir, el emprendedor debe entender que el cliente es el núcleo de su proyecto. Tras esta primera fase se recorre por otras dos en las que se idea el producto o servicio y se crean prototipos para ver si la idea funciona, se evidencian las falencias para corregirlas y así tener un producto o servicio terminado, que sea lo más aproximado al contexto donde se lo va a introducir y así evitar gastar recursos económicos en vano para parchar situaciones que se podían haber previsto.

Lorena Troya acota que para innovar no se necesita ser un genio, sino mirar nuestra propia realidad con ojos distintos, explotar los recursos que tenemos, pues somos un país rico en identidad y esos detalles generan un valor agregado en las innovaciones que se quieran hacer.

Comparte:

Deja un comentario

Tu correo no será publicado. Los campos obligatorios están marcados con *