El Viajero

Falun, la gran montaña de cobre

Texto y fotos Diego Tirira

La historia y el paisaje de Falun, al norte de Estocolmo en el reino de Suecia, están marcados por una inmensa excavación minera conocida con el nombre de “El Gran Pozo”. El origen de esta mina y de la producción de cobre que generó su excavación influenció decididamente en la historia de este país y de Europa durante varios siglos. Debido a esta importancia histórica, tanto la mina como las construcciones asociadas, fueron declaradas por la Unesco en 2001 como un Patrimonio Cultural de la Humanidad, con el nombre de “La Gran Montaña de Cobre de Falun”.

No existen registros escritos que establezcan exactamente cuándo comenzaron las operaciones mineras en la Gran Montaña de Cobre. Estudios arqueológicos y geológicos indican que debieron ocurrir alrededor del año 1000. Al principio, durante los primeros siglos, la extracción de cobre fue a pequeña escala, en una época en la que el metal era obtenido básicamente para cubrir las necesidades de los pobladores locales.

La explotación de la mina a mayor escala empezó en la época de Magnus Ladulás, rey de Suecia entre 1275 y 1290. En aquellos años, la apacible y tranquila vida en los alrededores de la mina cambió con la llegada de representantes del reino de Suecia encargados de la producción de la mina, así como de comerciantes extranjeros que venían a comprar el cobre, para a su vez venderlo al resto de Europa.

A mediados del siglo XIV, la mina se había convertido en una fuente de ingresos importante de todo el país y en los siglos siguientes, la corona sueca lucró y creció gracias al comercio del cobre. Tal fue su importancia que nobles de la época y el mismo rey de Suecia visitaron personalmente la mina en busca de garantizar las operaciones mineras y, por lo tanto, sus intereses económicos.

El período de mayor actividad de la mina se dio en el siglo XVII, lo cual influenció definitivamente en el poder financiero y militar de Suecia. Durante esta época, la mina llegó a producir dos tercios de las necesidades de cobre de Europa que convirtieron a este país en el mayor productor de cobre del mundo. Esta rentabilidad ayudó a financiar muchas de las guerras en las que intervino Suecia en ese tiempo, en una época en que se convirtió una potencia en Europa.

Para fines del siglo XVII, el rey de Suecia envió a un metalúrgico destacado para que estudie el mercado del cobre en Europa y sus posibles competidores. Durante su viaje, este personaje escribió al rey las siguientes palabras: “Falun es como una madre para la producción de cobre de Suecia y, aunque hay muchos lugares dentro y fuera de Europa donde se extrae cobre, no son nada al lado de la abundancia del cobre sueco”.

Este período de grandeza convirtió a Falun en la ciudad más grande del reino de Suecia durante el siglo XVII, cuando tenía una población de seis mil habitantes. En 1641 recibió su nombramiento oficial de ciudad y en 1646 se diseñó su primer trazado urbano y es el que la ciudad mantiene hasta la actualidad.

El declive y cierre de la mina tuve un largo proceso de poco más de 300 años. Inició con un gigantesco derrumbe en 1687 ocurrido por la falta de planificación en su construcción. Afortunadamente, el desastre tuvo lugar en un día festivo y no hubo víctimas que lamentar, pero significó el inicio de su decadencia. Pocos años antes, la mina había alcanzado el pico máximo de producción, cuando se extrajeron 3000 toneladas de cobre al año (en 1650), pero cayó a 1000 toneladas apenas setenta años más tarde.

Ante la disminución en la extracción del cobre, la empresa minera empezó a diversificarse a partir del siglo XVIII. Se dedicó a explotar el hierro de la misma mina y la madera de los bosques aledaños, actividades que crecieron en importancia en el siglo siguiente.

La inauguración de dos líneas de ferrocarril a mediados del siglo XIX significó un renacer para la economía de Falun, lo cual atrajo la instalación de nuevas industrias y viviendas. Este nuevo pico en el desarrollo de la ciudad tuvo un repunte en 1881 cuando en la mina se descubrió oro, lo que desembocó en una fiebre que duró poco tiempo, pues apenas se lograron extraer unas cinco toneladas de este metal.

Pero no había escapatoria al hecho de que la mina ya no era económicamente viable. La explotación de cobre siguió hasta el 8 de diciembre de 1992, cuando se oyó la última explosión en la mina y cesó toda actividad extractiva. Un estudio elaborado un año antes había desaconsejado la continuidad de la explotación por la falta de rentabilidad.

El método principal que se empleó para la extracción de cobre consistía en el calentamiento de la roca por medio de grandes incendios, conocidos como “fuego controlado”. Cuando la roca se enfriaba era quebradiza y podía romperse con facilidad con herramientas manuales. Después de que el mineral era transportado fuera de la mina, se lo calcinaba para reducir el contenido de azufre.

El cobre extraído era fundido para luego ser enviado a un proceso de depuración que se llevaba a cabo en las refinerías de cobre, ya en otros lugares. De ser necesario, el proceso de calcinación y fundición se lo repetía varias veces hasta que eliminar los materiales no deseados en el cobre. Este proceso se utilizó sin ningún cambio importante durante siete siglos y tuvo una profunda influencia en las técnicas de minería a nivel mundial hasta finales del XIX.

El humo denso y venenoso que producía toda esta actividad debió ser un rasgo distintivo de la zona de Falun durante varios siglos. De hecho, este particular lo documentó Carl Linneo, el célebre científico sueco, cuando visitó la mina en el siglo XVIII y escribió: “El hollín y las tinieblas rodean todo el sitio. (…) La mina de Falun es una de las grandes maravillas de Suecia, pero tan horrible como el infierno mismo”. Linneo también narró la penosa situación en la que se encontraban los mineros, donde al parecer la embriaguez era considerada como una actividad normal.

Otro aspecto curioso de la mina de Falun, descubierto en documentos históricos del siglo XIV, indica que los obreros obtenían acciones y ganancias de la empresa proporcionales a su participación en la mina, lo cual indica una estructura social y organizativa que se adelantó a su tiempo, cuando sabemos que muchos de los derechos laborales en los países del mundo han sido obtenidos recién en los dos últimos siglos y luego de numerosos reclamos.

Para los estándares modernos, la producción de la mina no era muy grande. Durante los más de siete siglos de explotación de la mina se calcula que se extrajeron unos 30 millones de toneladas de minerales, de los cuales, la tercera parte correspondió a los últimos cien años de explotación. Se piensa que de cobre la mina generó en total unas 400 mil toneladas; sin embargo, en los actuales momentos, se estima que la producción de cobre en el mundo bordea los 15 millones de toneladas al año. Además de cobre, oro y hierro, la mina de Falun aportó con importantes cantidades de azufre y zinc, y algo de plomo y plata.

Una actividad que derivó de la explotación de la mina de cobre fue la producción del rojo de Falun, un tipo de pigmento que actualmente es considerado parte de la herencia cultural de Suecia y cuya producción se remonta al siglo XVI; pero recién a mediados del siglo XVIII es cuando se inició la producción industrial de este pigmento.

El atractivo del rojo de Falun radicaba en que las casas de los obreros, de madera y bastante modestas, adquirían un color rojo que recordaba a los ladrillos empleados en las construcciones de las clases pudientes del centro de Europa. El rojo de Falun era fácil de preparar, durable y económico, además que ejercía un efecto protector sobre la madera, lo cual hizo que su empleo se difundiera rápidamente.

Aunque la mina de cobre de Falun fue cerrada en 1992, la producción de rojo no se ha detenido, pues todavía se extrae un compuesto amarillento que está presente en los residuos y en los sedimentos del agua de la mina y que es la base para la obtención del pigmento; luego, por un proceso de cocción se torna de color rojo.

Hoy en día la mina de Falun es propiedad de una organización sin fines de lucro que cuida la conservación de este patrimonio mundial y opera el museo y coordina las visitas de turistas.

El lugar donde funciona el Museo de la Mina es una réplica del antiguo edificio administrativo que fue construido en el siglo XVIII, pero demolido en 1966 debido a trabajos en la mina. El museo como tal funciona desde 1922 y muestra la historia de la minería de cobre en Falun a través de los siglos, el proceso de extracción de los minerales, los modelos de las máquinas empleadas, las herramientas y algunos retratos de la gente que trabajó en la mina.

Además de la propia mina, el área patrimonial abarca también la ciudad planificada de Falun y algunas zonas residenciales con valor histórico en el área rural, así como vestigios industriales y domésticos diseminados en gran parte de la región. La visita a este patrimonio mundial se puede realizar en un solo día. Se puede tomar uno de los primeros trenes que parten desde Estocolmo para regresar por la noche.

Guía de viaje para ecuatorianos:

¿Cómo llegar?

Desde Ecuador existen vuelos directos hasta Ámsterdam o Madrid, en donde se pueden encontrar conexiones con el Aeropuerto de Estocolmo-Arlanda, que es el más importante de Suecia y el más cercano a Falun. Desde Estocolmo se puede acceder a Falun, sea por tren o carretera; el viaje para recorrer los 220 kilómetros de distancia toma unas tres horas.

¿Cuánto cuesta?

Los países del norte de Europa son particularmente costosos, y Suecia no es la excepción. El presupuesto que se deberá planificar no debe ser inferior a USD 150 diarios por persona. Viajeros con presupuesto limitado podrán optar por albergues compartidos (Youth Hostels) y restaurantes de comida rápida o prepararse sus propios alimentos, con lo cual el presupuesto por persona puede bajar a la mitad. Para visitar la gran mina y el Museo de la Mina el costo es de 300 coronas suecas por adultos (unos USD 27) y 90 coronas para niños (unos USD 10). Para más información, consúltese el sitio oficial: http://www.falugruva.se/en/

¿Cuándo ir?

Debido a la latitud del país, prácticamente la única época recomendada para visitar Suecia es durante los meses de verano y las contiguas semanas de primavera y otoño. En otras fechas, el frío es extremo. La visita al Patrimonio Mundial de Falun incluye tres secciones: la ciudad de Falun y la gran mina, que se pueden visitar durante todo el año, pero el Museo de la Mina, solo opera entre junio y septiembre.

Visado

Suecia se encuentra dentro de la zona Schengen; por lo tanto, de momento, los ecuatorianos requerimos de un visado, el cual se debe obtener antes de iniciar el viaje.

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