Guanajuato, entre momias y El Cervantino

Texto y fotos Diego Tirira
Guanajuato es una ciudad llena de historia y cultura. No en vano ha sido protagonista de diversos acontecimientos que cambiaron la historia de México. La arquitectura y los elementos ornamentales de los edificios barrocos y neoclásicos de la ciudad, construidos durante su época de prosperidad minera, ejercieron una influencia considerable en las construcciones de buena parte del centro de México. Por estos motivos, en 1988 la Unesco declaró al centro histórico de Guanajuato y a sus minas aledañas como un Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Si bien la historia de la ciudad se remonta a la época precolombina, el descubrimiento en 1548 de minas de plata y oro cambiarían radicalmente su futuro. Debido al rápido crecimiento humano que derivó de la extracción de los metales preciosos, en 1570 se fundó legalmente la ciudad de Santa Fe de Guanajuato.
La actividad minera alcanzó su momento de esplendor económico en el siglo XVII, lo cual trajo a la ciudad un notable crecimiento urbanístico, que lo llevó a convertirse para fines del siglo XVIII en una de las ciudades más progresistas de la Nueva España y en el centro de extracción de plata más importante del mundo. Su pasado minero ha quedado plasmado hasta la actualidad en las “calles subterráneas” que recorren debajo de la ciudad y en el impresionante pozo de la “Boca del infierno” que tiene una profundidad de 600 metros.
El poder económico de los habitantes de Guanajuato durante la época de apogeo de la minería se vio reflejado en la construcción de impresionantes edificios barrocos. Justamente, la mayor representación de construcciones patrimoniales se encuentra en los alrededores de la Plaza de la Paz, o Plaza Mayor, que es el centro neurálgico de la ciudad. En sus alrededores, desde la época colonial, las familias más acaudaladas construyeron sus casas y los poderes político y religioso levantaron sus edificios.
La Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, construida entre 1671 y 1696, es la iglesia principal de la ciudad y se encuentra frente a la Plaza de la Paz. El templo tiene un estilo barroco mexicano. Otras iglesias relevantes son la de La Compañía, construida entre 1745 y 1765, y La Valenciana, entre 1765 y 1788, que se consideran obras maestras del estilo churrigueresco mexicano y figuran entre los ejemplos más hermosos de la arquitectura barroca latinoamericana. La cúpula de la iglesia de La Compañía es colosal, tiene tres niveles que fueron agregados en el siglo XIX y es el elemento más distintivo que resalta entre las demás construcciones circundantes.
Fue en este período, en el siglo XVIII, cuando los jesuitas se establecieron en la ciudad con la intención de crear un colegio, que más tarde sería la base de la actual Universidad de Guanajuato. El edificio principal de la universidad se encuentra cerca de la Basílica y fue construido con cantera verde en estilo neoclásico que la hace fácilmente reconocible.
Pocos pasos más hacia el este se encuentra el Templo de San Diego, construido entre 1780 y 1784, también con una fachada de estilo churrigueresco y el interior adornado con pinturas del siglo XVIII y altares neoclásicos.
En el lado opuesto del centro histórico, hacia el oeste, se encuentra la Alhóndiga de Granaditas, un edificio grande construido originalmente como bodega para el almacenamiento de granos. Consta de tres pisos con muros con pequeñas ventanas al exterior y con un gran patio central. Su construcción se inició en 1798 y se extendió por 10 años. A los pocos meses de terminada esta obra fue escenario de la primera victoria por la independencia de México, en el hecho conocido con el nombre de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas.
La historia cuenta que el sacerdote y prócer Miguel Hidalgo envió al intendente de Guanajuato una carta solicitándole que entregue la ciudad. Al no tener acogida su pedido, el 28 de septiembre de 1810 decidió conquistarla por la fuerza. Durante el ataque, las tropas realistas y la élite de la ciudad buscaron refugio en la Alhóndiga de Granaditas. Ante esto, el ejército insurgente tomó el edificio. En años posteriores, esta construcción ha tenido varios usos, como barracas, almacén de tabaco y cárcel, hasta 1949 cuando se convirtió en el Museo Regional de Guanajuato, en donde se expone la historia de la ciudad, desde la época prehispánica hasta la actualidad.
El mejor lugar para apreciar una panorámica de la ciudad de Guanajuato es el mirador del Pípila, que consiste en una plaza ubicada sobre el cerro de San Miguel y construida en 1939. En este sitio se encuentra una escultura colosal en cantera rosa en honor al héroe de la independencia Juan José de los Reyes Martínez, mejor conocido como “El Pípila”. Para acceder a esta plaza se puede llegar caminando o en vehículo, o por medio de un funicular que inicia en la parte posterior del Teatro Juárez.
Guanajuato es una ciudad con una intensa vida cultural. La oferta es una de las más extensas de país, superada solo por la ciudad de México. Instituciones públicas y privadas fomentan las artes en todas sus formas: teatro, música, danza, pintura, escultura, letras, fotografía y cine. Las manifestaciones culturales pueden ser ejecutadas por profesionales o aficionados, tanto en recintos oficiales como en las calles y plazas de la ciudad, tengan un origen religioso o popular.
Su máximo evento cultural es el Festival Internacional Cervantino, que constituye la reunión artística más importante de México y Latinoamérica. El Cervantino, como es conocido popularmente por la gente de la ciudad, es un festival que se realiza desde 1972, aunque sus orígenes datan de mediados del siglo XX, cuando en las plazas de la ciudad se representaban segmentos de la obra de Miguel de Cervantes. En la década de 1970 se añadieron más actividades artísticas a las representaciones tradicionales para reforzar la dimensión internacional del festival. Desde entonces ha crecido hasta convertirse en uno de los cuatro mayores festivales de su género en el mundo.
Entre los distintos escenarios que emplea El Cervantino para su representación destaca el Teatro Juárez, considerado como uno de los más hermosos de México. Está construido en estilo neoclásico con un portal adornado con nueve columnas y esculturas que representan las musas de la mitología griega. Su interior ha sido ostentosamente decorado con columnas y guirnaldas. Fue construido entre 1872 y 1903 y es el único teatro en México que conserva su mobiliario original.
Otro importante escenario en la ciudad es el Teatro Principal, construido en estilo neoclásico cuando la riqueza proporcionada por las minas atrajo también el entretenimiento para los ciudadanos. Fue el primer teatro de la ciudad y uno de los pocos lugares donde la gente de distintos estratos sociales podía entrar. Actualmente es administrado por la Universidad de Guanajuato y es también una de las sedes principales del Festival Internacional Cervantino.
Pero más que el mismo Cervantino, la ciudad ha trascendido y ganado fama mundial gracias a las momias que han sido descubiertas después de la exhumación de cuerpos en el cementerio de Guanajuato, en un período de más de 100 años, entre 1865 y 1989. Las especiales condiciones del subsuelo del lugar, sumadas a la presencia de nitratos y alumbre llevó a que los cuerpos enterrados se momifiquen de manera natural.
En un inicio, las momias descubiertas fueron almacenadas en las catacumbas del cementerio, las cuales podían ser visitadas acompañados por el sepulturero. Pero en la actualidad, más de un centenar de ellas, entre hombres, mujeres y niños, son exhibidas en el Museo de las Momias de Guanajuato, que anualmente atrae a cientos de miles de visitantes al año que le han convertido en una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad.
Pero más que una ciudad con historia, arte y singulares museos, Guanajuato es una experiencia vivencial única. El centro histórico está lleno de sinuosas y estrechas callejuelas y recovecos que bien justifican al visitante una caminata sin dirección fija para perderse en sus pasadizos mientras se observan los oficios y el ritmo de vida de sus habitantes, para luego encontrar alguna de las calles subterráneas y recorrerla. Una visita a la ciudad de Guanajuato no debería ser inferior a tres días, pues son numerosas las atracciones que ofrece. Obviamente, el tiempo será mayor si planifica venir durante El Cervantino.
Guía de viaje para ecuatorianos:
¿Cómo llegar?
Para viajar a México existen vuelos directos desde Quito o en conexión con las principales ciudades de la región, como Bogotá o Ciudad de Panamá, entre otras. El principal punto de ingreso al país es el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, que sirve a la ciudad de México; desde aquí, podrá acceder a Guanajuato por vía aérea, en vuelo interno (una hora), o dirigirse a la terminal norte de autobuses para un viaje por carretera de unas cinco a seis horas (330 kilómetros).
¿Cuánto cuesta?
En términos generales, los precios en México son similares a los de Ecuador, aunque en los últimos años, debido a la apreciación del dólar de los Estados Unidos y a la pérdida de valor del peso mexicano, podrá notarse una diferencia a favor de los ecuatorianos. En Guanajuato, los precios de hospedaje y de otros servicios se incrementan durante El Cervantino. Presupueste pagar por persona entre 50 y 80 dólares de los Estados Unidos por día de estancia. Aunque estos valores dependerán del nivel de confort que se busque; un mochilero que visite la ciudad fuera de la época de El Cervantino podrá vivir con unos 30 dólares diarios, mientras que alguien que busque un alojamiento de categoría durante el festival necesitará de por lo menos unos 150 dólares al día.
¿Cuándo ir?
Guanajuato se puede visitar durante cualquier época del año, aunque durante los meses de invierno (entre diciembre y febrero), la ciudad puede ser algo fría debido a su altitud (2000 metros sobre el nivel del mar). Si no tiene interés por las artes o quiere visitar la ciudad sin tantos turistas, debe evitar El Cervantino (habitualmente se realiza en octubre y dura unas tres semanas).
Visado
Ciudadanos ecuatorianos que poseen visados vigentes de los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o de la Unión Europea (visa Schengen) no necesitan obtener un visado para ingresar en México, solo se debe presentar el pasaporte con cualquiera de las visas indicadas; de lo contrario, se deberá solicitar un visado en el consulado de México antes de iniciar el viaje.