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Imágenes que gritan las demandas de las mujeres

Por Paola López/ Fotografía por Paola López

“En esta sociedad no es lo mismo nacer hombre que nacer mujer”, sentencia una  fotografía que forma parte de la muestra “Mujeres en la lucha social ecuatoriana”. La frase resume el punto de partida de una serie de demandas políticas, sociales, económicas y de derechos humanos que aparecen retratadas en 328 imágenes exhibidas en el Salón Olmedo de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Organizada por el colectivo Desde el Margen, la exhibición tendrá otra presentación en Lojaen marzo 2018. La muestra recoge el trabajo de 35 fotógrafos y saca a la luz imágenes de 12 archivos privados que dan cuenta de las protestas protagonizadas por mujeres en Ecuador entre 1870 y 2017.

Durante seis meses  Andrea Reinoso y Juan Carlos Guerra, integrantes de Desde el Margen, se dieron a la tarea de recuperar la memoria visual de las luchas de mujeres feministas, indígenas y migrantes. Aparecen gritando indignadas, con sus pechos pintados, con carteles que exigen libertad y respeto, con sus hijos, con sus hijas, con sus compañeras de batalla, con un fusil en las manos. Están en protestas, en reuniones, en velorios.

Juan Carlos Guerra y Andrea Reinoso, organizadores de la muestra.

En la presentación están mujeres cuyos nombres resuenan en la historia como Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña. También están otras cuyo nombre no consta en un pie de foto porque están mezcladas entre la masa. Son anónimas pero no por eso su imagen es menos potente.

Reinoso y Guerra conversaron con La Caja Negra sobre la importancia de construir desde las mujeres un archivo visual de la historia de las luchas sociales ecuatorianas.

Un país con alzheimer

Un país con memoria frágil es la razón por la que Reinoso y Guerra se sumergieron entre cientos de fotografías. Para ambos, este trabajo que grita en imágenes lo que no dice en palabras es un ejercicio de recuperación de la historia de las mujeres en el país y una lucha que no muere, no por exceso de entusiasmo, sino por falta de cambios y cumplimiento de demandas por parte del Estado.

“La importancia de presentar la memoria de las luchas de las mujeres es porque vivimos en un país que tiene demencia y alzheimer. Es importante volverle a recordar a la gente que las luchas se mantienen”, dice Guerra.

Esa falta de recuerdos, considera este activista político, no tiene que ver solo con un pasado remoto que se supone fácil olvidar, sino que afecta también al presente, cuando se siguen demandando los mismos derechos desde hace varias décadas sin que haya un cambio profundo o más palpable.

“Lo que me preocupa personalmente es que la agenda siga siendo la misma, que después de 147 años, que (es lo que) abarca la muestra, siga siendo igual. (Significa que) algo como país nos está pensando”, agrega.

Invisibilizadas

Para Reinoso es necesario construir una historia desde las experiencias de las mujeres “desde sus propias narrativas, desde sus propias experiencias, desde sus propios contextos” para que su lucha en sindicatos, barrios, comunidades y agrupaciones feministas sea reconocida y valorada.

“Es indispensable porque dentro de la historia oficial las mismas izquierdas, los mismos movimientos son opacados, mucho más las mujeres. Son las grandes invisibilizadas dentro del grupo de los invisibilizados”, sostiene Reinoso, quien planea generar una plataforma digital con estas y nuevas imágenes para mantener viva la memoria de estas luchas.

La imagen fue el canal elegido por el colectivo para contar esta historia de las luchas de mujeres por su potencia para interpelar y emocionar sin necesidad de palabras. “Por la empatía” que genera sin necesidad de palabras, señala Reinoso.

 

Es inevitable pararse frente a estas imágenes sin fijar la atención en las mujeres que expusieron sus luchas feministas en la década de los 80, durante el gobierno de León Febres Cordero, o detenerse a mirar las fotos de las mujeres que fueron parte de la agrupación Alfaro Vive Carajo, que según Reinoso es un archivo que no se ha visto antes.

Esta “es una historia nacional que está reflejada en estas 328 imágenes pero representada por las mujeres, por el papel que cumplieron. Muchos saben lo que pasó en la época de León Febres Cordero, pero no sabemos el papel que cumplieron las mujeres. Sabemos que hubo el levantamiento indígena pero no  qué papel tuvo la primera marcha de las mujeres indígenas”, comenta Reinoso.

Nuevos caminos, otras luchas

Si bien las imágenes muestran a las mujeres que estuvieron presentes en el levantamiento indígena de los 90, en las protestas contra la explotación del Yasuní, o las afectadas por la contaminación petrolera, también las fotografías recopiladas hablan de los caminos que abrió la lucha feminista en el país.

Visitantes exposición “Mujeres en la lucha social ecuatoriana”.

En las protestas de mujeres confluyen también otros movimientos olvidados. Estas luchas “han ayudado a que otros actores se vayan presentando, como los actores LGBTI, que sin el movimiento feminista, sin la lucha de las mujeres en los años 50, 60, 70, posiblemente hoy no estarían visibilizados”, explica Guerra.

Aunque en las manifestaciones de las mujeres confluyen los problemas y demandas de clase, raza y género “al mismo tiempo tienen una agenda que no evoluciona (…) estamos en un país en el que la lucha de la mujer es permanente por el mismo hecho de que no genera derechos, no hay cambios”, sentencia Guerra.

Esa falta de atención desde el Estado es lo que mantiene viva y alimenta a las marchas y acciones que las mujeres realizan en Ecuador para levantar su voz. De ahí que para Reinoso es necesario mirar hacia atrás y reconocer cuáles han sido los avances y también los retrocesos en las reivindicaciones de las mujeres ecuatorianas.

“No podemos pensar nuestras luchas, la resistencia y las disidencias en  la actualidad sin pensar en todas aquellas que nos abrieron el camino para  las luchas presentes”, sostiene.

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