´OrguYO´: La marcha que se apoderará del espacio público

Por Roberto Moreano y María José Coronado*
Hugo Núñez arriba con calma a nuestra cita. Sonríe, se presenta y saluda con cierto desenfado. Es cordial, pero parece despistado. Si no supiéramos que él es quien está al frente por segundo año consecutivo de la marcha del orgullo LGBTI, lo habríamos confundido por un hipster más, esos que entran por un café en pleno medio día de Quito.
Al poco tiempo, no obstante, te das cuenta que Hugo tiene claro que para el activismo no se necesitan histrionismos, sino ideas, conceptos y objetivos claros.
“Esto sigue siendo una marcha, no un desfile como puede ser que los llamen en otros países”, dice Hugo. Una marcha implica es el indicador de que todavía se debe luchar por derechos no conseguidos, que se buscan reivindicaciones sociales. “Un desfile se hace cuando celebras o conmemoras algo, cuando ya tienes los derechos mínimos adquiridos”.
Esta primera distinción es importante para entender porqué la marcha, este año, se hará en el centro de la ciudad. El centro tiene un simbolismo que para Hugo es importante. Primero, tiene un significado histórico para la comunidad. “Es donde los primeros miembros de la comunidad LGBTI estuvieron”. Segundo, el centro de la ciudad es un espacio de lucha política y social. Y esta marcha, reconoce Hugo, es también política. Tercero, “es una marcha por ocupar el espacio público (…) Para decir a la ciudadanía que la comunidad puede estar y hacer su vida en cualquier parte de la ciudad, y no solo en la plaza Foch”.
Hechas estas primeras aclaraciones, Hugo desencadena una serie de motivos profundos por los cuales la marcha no es un desfile. Porque el hecho de que en nuestra cédula diga género en lugar de sexo, es apenas un avance mínimo (aunque simbólicamente significativo en su momento) en una carrera en la que Ecuador arranca con años de retraso.
Salud:
La comunidad LGBTI es una de las que más sufre cuando tienen que acceder a servicios de salud. Por un lado no hay especialistas para tratar sus problemas particulares y, por el otro, hay un inconveniente de juzgamiento social. “Si alguien va al doctor del Ministerio de Salud (yo borraría esto porque no creo que solo sean los doctores del min de salud y además abajo ya se les exigen una política pùbblica) y tiene que decir (…) ´mire, tengo verrugas ahí (trasero)´”, empieza el relato Hugo. “Si el doctor no tiene empatía con tu realidad, termina juzgando tus hábitos sexuales o termina no entendiendo lo que pasa y te medica equivocadamente”.
Por otro lado, un gran número de médicos (¿hombres y mujeres de ciencia?), tiene grandes problemas en aceptar la realidad de la comunidad. “¿Está usted para dar servicios de salud o juzgar mis hábitos sexuales?”, se pregunta Hugo.
Estos problemas, estructurales y profundos, se agravan en los grupos trans. Ellos tienen necesidades aún más específicas que vinculan detección de cambios a temprana edad, procesos de hormonización y deshormonización, seguimiento cercano, necesidades médicas particulares, etc. Esta falta de cuidado o de posibilidades de acceso a servicios médicos especializados, ha colaborado para que el promedio de vida de una persona trans sea de 35 años.
Mientras esto pasa en Ecuador, en nuestro país vecino de Colombia, el Gobierno ya ha implementado clínicas especializadas en necesidades de los grupos transexuales.
Se levanta, entonces, una pregunta. ¿Cuál es la política de salud pública para la comunidad LGBTI que tiene el Ministerio de Ecuador? Ninguna, y por eso se marcha.
Unión de hecho:
Una pareja heterosexual que requiera formalizar y legalizar su unión de hecho puede acudir sin inconvenientes al Registro Civil y hacer su trámite. Pero si una pareja de la comunidad LGBTI quiere hacer lo mismo, se le exige hacer un proceso de notarización previo que cuesta 120 USD antes de acercarse al Registro Civil.
“120 USD es, más o menos, la mitad de un sueldo básico”, sentencia Hugo. La reflexión es simple: que un grupo de personas deba gastar ese dinero y otro no para el mismo proceso, habla de una marcada desigualdad social.
Y por eso también se marcha.
Trabajo:
“Todos, además de tener derecho al trabajo, tenemos el derecho de trabajar en un ambiente propicio, amigable y que favorezca nuestro desarrollo”, parafrasea Hugo. “Pero los miembros de nuestra comunidad no tienen acceso a esto”. El entrevistado recuerda que muchas personas gays, lesbianas o trans deben ocultar su condición para resguardar su trabajo.
Esto obedece a que las empresas no tiene políticas claras hacia la comunidad, porque muchos negocios viven en la informalidad y porque no hay exigencias gubernamentales para que esta realidad cambie.
Ante esto, dice Hugo, los grupo trans, particularmente, “se ven relegados al trabajo que históricamente siempre han tenido: la prostitución”.
Educación:
¿Por qué no se enseña en las escuelas las diversidades sexogenéricas y las implicaciones sexuales que éstas tienen? Está claro que en la actualidad todos pueden acceder a la información y autoeducarse sobre estos temas si alguien siente la necesidad de hacerlo. “Pero es muy distinto si hay una institución formal que reconoce una realidad”, dice Hugo.
Y para que esto cambie también se marcha.
La lista de derechos por los que la comunidad LGBTI es más extensa (y compleja) de la que ahora exponemos. De todas formas, éstas son las que más ha subrayado Hugo y, además, ejemplifican claramente todo lo que nos hace falta para garantizar los derechos mínimos con los que debe contar una persona.
El anterior año, la marcha convocó a cerca de 14 mil personas. Un número que, se espera, se repita este año y se vuelva a “dar una bofetada a la sociedad: estamos aquí, cruzamos por tus calles, iglesias y ocupamos los mismos espacios urbanos que ustedes…” dice Hugo, y podríamos añadir: y solo pedimos igualdad y respeto.
¿Dónde y cuándo?
- La marcha es el 30 de junio.
- Desde las 10h00 hasta las 17h00 habrá una feria informativa sobre los servicios que las instituciones brindan a la comunidad.
- A las 16h00 sale la marcha. Punto de encuentro: plazoleta Alameda, esquina sur.
- Recorrido: calle Guayaquil, calle Rocafuerte y, finalmente, parque Cumandá.
- Invitados: Monserath Astudillo, Las Híbridas Circo, La Vagancia.
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