Qufu, la ciudad de Confucio

Texto y fotos Diego Tirira
Qufu es una ciudad milenaria de la provincia de Shandong, cerca de la costa nororiental de la República Popular China y ubicada relativamente a mitad del trayecto entre las grandes metrópolis de Pekín y Shanghái. Es famosa por ser la ciudad natal del gran filósofo, político y pedagogo Confucio, quien vivió entre los años 551 a 479 a.C.
La ciudad contiene numerosos palacios históricos, templos y cementerios; sin embargo, el principal atractivo lo constituyen tres monumentos que han sido declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994: el templo de Confucio (Kong Miao), la residencia de la familia Kong (Kong Fu) y el cementerio de Confucio (Kong Lin). Estos tres sitios son conocidos colectivamente como San Kong, esto es, “los tres sitios confucianos”.
Qufu ha sido gobernada por distintas dinastías a lo largo de sus casi tres mil años de historia, período de tiempo que ha implicado numerosas alteraciones en la disposición y funcionamiento de la ciudad. Los monumentos históricos de la ciudad de Qufu han sido destruidos, modificados, incendiados, saqueados y reconstruidos a lo largo de los siglos; afortunadamente, muchos de ellos todavía conservan su extraordinario carácter artístico e histórico, esto debido a que los tres sitios confucianos se convirtieron en lugares de devoción y peregrinaje de los sucesivos emperadores que ejercieron el poder en China a lo largo de dos milenios.
Su pequeño centro histórico reúne a la mayoría de los monumentos más importantes y se encuentra rodeado por una muralla que data de la dinastía Ming (1522). El templo de Confucio y la residencia de la familia Kong ocupan amplios sectores dentro del muro. El cementerio de Confucio se ubica un poco más al norte de la ciudad amurallada; mientras que la parte moderna de la ciudad está en el lado opuesto, hacia el sur.
El templo de Confucio constituye la antigua residencia del filósofo, la cual fue consagrada como templo dos años después de su muerte. Con el paso del tiempo, visitar Qufu, y particularmente la antigua casa de Confucio, se convirtió en un sitio de peregrinaje para los emperadores chinos, quienes se trasladaban a este lugar después de su coronación o como agradecimiento por salir victoriosos en una batalla.
La casa original de Confucio, de tres habitaciones, creció a lo largo de los años para convertirse en la actualidad en un complejo de más de cien edificios y 460 habitaciones, el segundo más grande de China, después de la Ciudad Prohibida de Pekín, con cuya arquitectura existen elementos en común, ya que gran parte de su restauración coincidió en el tiempo con la construcción del palacio de la capital china. Los edificios más importantes del templo de Confucio son estructuras con tejas de color amarillo, una característica que se utiliza de forma excepcional, ya que ese color estaba reservado para los emperadores.
La residencia de la familia Kong se sitúa al este del templo y fue el hogar de los descendientes de Confucio hasta 1937, cuando el último miembro de la familia, Kong Decheng, se trasladó a Taiwán. Los descendientes de Confucio eran los encargados del mantenimiento del templo y del cementerio; además tenían a su cargo las celebraciones religiosas y de los eventos especiales. La estructura de la mansión es la tradicional de las casas chinas, con las habitaciones oficiales en la parte frontal y las residenciales en la parte trasera; además, la distribución espacial de los edificios está realizada de acuerdo con la edad, el género y el estatus de sus habitantes, cuya disposición son el reflejo de los principios de Confucio del orden y la jerarquía. Con el correr del tiempo, la edificación se convirtió en una mansión aristocrática de enormes proporciones; de la cual, en la actualidad, subsisten 152 edificaciones con 480 habitaciones.
El cementerio de Confucio alberga la tumba del filósofo y los restos de más de cien mil de sus descendientes que fueron enterrados durante un período de dos mil años. Las tumbas más antiguas que se conservan datan de la dinastía Zhou (alrededor de 1050 a 256 a. C.), mientras que las más recientes pertenecen a descendientes de las generaciones 76 a 78. En el cementerio hay unas 3600 tumbas datadas de las dinastías Song, Yuan, Ming y Qing. Debido a que muchos de los descendientes de Confucio tuvieron títulos nobiliarios, algunas de las tumbas muestran símbolos de la nobleza china. El cementerio incluye también más de 10 mil árboles que le confieren un aspecto boscoso. Un lugar especial en el camposanto y convertido en templo, es la tumba de Yan, el estudiante preferido de Confucio, cuya construcción es una versión a escala reducida de la tumba de su maestro.
Qufu es una ciudad pequeña. El recorrido de sus principales atractivos se lo puede realizar a pie y su visita no toma más de un día; por lo cual, se la puede realizar de camino a otros sitios importantes de la costa nororiental de China.
Guía de viaje para ecuatorianos:
¿Cómo llegar?
Los aeropuertos internacionales más cercanos e importantes están en Pekín (550 km) y Shanghái (750 km), desde donde se puede acceder hasta Qufu en tren o autobús. Desde Ecuador, las mejores conexiones hacia China están vía Estados Unidos, especialmente con escala en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. No existe vuelo directo de Ecuador a Los Ángeles; por lo que necesariamente tendrá que realizar una escala en ciudades como Bogotá, Lima, Panamá, San Salvador o México, que tienen conexiones diarias hasta esa ciudad.
¿Cuánto cuesta?
China puede ser un destino caro o barato, lo cual depende principalmente del alojamiento y de la comida que se busque. Un precio razonable será presupuestar unos USD 50 diarios por persona, aunque este valor puede subir considerablemente para un viajero tradicional que habitualmente no explora las opciones existentes. China tiene una buena oferta hotelera de categoría; es frecuente que ciertos hoteles de tres y cuatro estrellas reduzcan sus precios en determinadas épocas a una tercera parte de su valor normal.
¿Cuándo ir?
La mejor época para visitar Qufu es el verano (entre junio y septiembre). Durante el invierno y parte del otoño el clima puede ser bastante frío.
Visado
Según un acuerdo reciente (vigente desde 2017), los ecuatorianos no necesitan visado de turista por estancias de hasta 30 días. Solo se presenta el pasaporte.