Política

Ricardo Rivera: todos los problemas, un hombre

En 2008 apareció por primera vez el nombre de Ricardo Rivera ligado a un escándalo relacionado con el Estado ecuatoriano. En esa ocasión, el tío del vicepresidente Jorge Glas fue denunciado por conflictos de intereses en la asignación de una frecuencia a una empresa suya durante su paso por la Superintendencia de Telecomunicaciones.

A partir de ese momento, el segundo mandatario tendría que torear periódicamente cada denuncia que su tío recibiría a lo largo de los años. Y aunque es cierto que la justicia es quien deberá determinar si Glas es cómplice o no de los cargos contra Rivera, también es cierto que la estrecha relación entre ambos fue un factor determinante para que, supuestamente, Rivera hiciera y deshiciera en nombre de su sobrino.

Había cosas, a más de lo familiar, que enlazaban a Glas y su tío fuertemente. Según una exesposa de Ricardo Rivera, él habría pagado los estudios de su sobrino y luego lo habría invitado a trabajar con él. Es posible pensar, entonces, que existe una deuda moral del Vicepresidente hacia su tío.

Desde muy temprana edad Glas y su tío han estado vinculados también por relaciones comerciales. Cuando era joven, Jorge Glas se asoció a Rivera en la empresa Raolin y, dos años más tarde, en la Inmobiliaria Sansun. Hay otras tantas empresas en las que Rivera y Glas aparecían como socios: Tesat, Trasmidatos, Ingelectra, entre otras. Además, los dos figuran como socios en el canal Televisión Latina, de Miami. Pero la relación que más polémica desataría, al cabo del tiempo, sería la de Televisión Satelital.

Esa empresa, de la que ambos estuvieron al frente, empezó a atravesar problemas entre 2002 y 2006, cuando fue investigada por presuntamente transmitir sin la autorización debida. Además, en 2004, la Superintendencia de Telecomunicaciones sancionó a Ricardo Rivera por posesión de un transmisor y frecuencia ilegales. Por ese entonces, quien se hacía cargo de las conexiones satelitales era Jorge Glas, quien además presentaba el programa Gestión Empresarial.

En 2006, sin embargo, Glas terminó, de acuerdo a información de la Superintendencia de Compañías, todas las sociedades empresariales que mantenía con su tío. Seis meses más tarde, Correa lo nombró presidente del Fondo de Solidaridad y lo puso a cargo del sector telefónico e hidroeléctrico del país.

Sin embargo, los nombres de ambos ya serían inseparables en el acontecer político del país; tres meses después de la posesión de Glas en el Fondo de Solidaridad, Rivera fue nombrado intendente de Telecomunicaciones, cargo en el que estuvo hasta marzo de 2008, cuando fue removido tras la polémica de la asignación de una frecuencia a Televisión Satelital por parte del Consejo de Radio y Televisión.

Ese canal sería nuevamente objeto de denuncias apenas un año después, cuando se supo que mantenía contratos con el Estado para el alquiler semanal de antenas satelitales para transmitir el Enlace Ciudadano del ex primer mandatario, Rafael Correa. Esos servicios no se vieron interrumpidos, y en 2013 Televisión Satelital registró pagos de USD. 20 828 por parte de la empresa pública Televisión y Radio del Ecuador (RTVECUADOR). Durante ese mismo período el balance financiero del canal aumentaría a USD 3 millones, el doble de lo registrado anteriormente.

Hasta ese momento Glas defendía a su tío contra viento y marea. En más de una ocasión habló de persecuciones contra ambos y conminó a quienes los acusaban a probar las denuncias. El gobierno tampoco dio paso a investigaciones y más bien mantuvo de cerca al tío del funcionario.

Ricardo Rivera volvió a aparecer en la escena en julio de 2010, cuando viajó a China en representación oficial del ministro de Sectores Estratégicos, Jorge Glas. Supuestamente su visita al gigante asiático estaba relacionada con la Refinería del Pacífico, aunque con quien debía reunirse era el gerente de Genesis Systems International, empresa dedicada la fabricación de satélites. La historia no pasó a mayores y las negociaciones se cayeron. Pero el asunto empezó a plantar sospechas.

Si hasta ese momento Rivera había aparecido como un hombre cercano a Glas, había sido por su relación familiar, por su sociedad comercial y porque podía pensarse que habría gozado de favores políticos en su paso por la cartera de telecomunicaciones. Pero a partir de entonces también figuraba como un representante del secretario de Estado, y del Estado mismo. ¿Qué hacía Rivera negociando en China en nombre del Ecuador? ¿Glas lo sabía? ¿Era la primera vez que ocurría? Las preguntas, en ese caso, no se contestaron, pero la trama se repetiría años más tarde.

En 2016, el político de oposición al gobierno de Correa, Fernando Villavicencio, denunció supuestas irregularidades que vinculaban al tío de Jorge Glas con una empresa de fibra óptica: Telconet. Según las declaracones de Tomislav Topic, gerente de esa empresa, Rivera habría sido el enlace entre su compañía e inversionistas chinos para la construcción de un cable submarino de fibra óptica desde Jacksonville, Estados Unidos hasta Ecuador. Las negociaciones se hicieron a través de la compañía Glory Internacional, con sede en Florida, constituida también por Topic.

Las investigaciones, de cualquier manera, se enfocaron en Rivera pues éste habría recibido, como comisión, servicios de enlaces de esta empresa para Televisión Satelital entre 2009 y 2017. El monto de este servicio se valoró en aproximadamente USD. 4 millones.

Poco después, Rivera se contactó con Topic para hablarle de un nuevo negocio, similar al que había tenido con Glory, pero con la firma brasileña Odebretch. En esa ocasión, Rivera habría pedido una comisión de USD. 1 millón, que también se reflejó en enlaces para su canal. Así lo confirmó el empresario a la Fiscalía durante su declaración. Asimismo, Topic explicó que no se trataron de coimas, sino que fueron, más bien, “cortesías” de su empresa hacia Rivera; una práctica que, dijo, es normal en el mercado.

¿Cómo había llegado la Fiscalía a ligar a Rivera con Telconet? La respuesta es Odebrecht. Con la caída de la gigantesca empresa en manos de la justicia brasileña, los altos funcionaros de la firma, incluyendo su titular, Norberto Odebrecht, empezaron a embarrar a varios gobiernos con los que habían mantenido relaciones no tan lícitas.

Entre los involucrados en Ecuador apareció Rivera. La Fiscalía lo detuvo en Guayaquil, allanó su casa e inició una instrucción fiscal porque afirmó que el detenido se había valido de su “parentesco con un alto funcionario del Estado” para obtener contratos para la empresa Odebrecht.

Según esa entidad, la constructora brasileña pagó a Rivera USD 13 millones entre 2012 y 2013. Ese monto correspondía al dinero que, presuntamente, el tío del vicepresidente recibía por cada contrato conseguido; según las investigaciones era el 1% por cada uno.

El 1 de agosto de 2017, el diario O Globo de Brasil publica un supuesto audio entre el excontralor Carlos Pólit y José Santos, exfuncionario de Odebretch en Ecuador. Ambos mencionan a Rivera como un hombre que solicitaba asiduamente dinero a la firma brasileña “por todos los contratos” conseguidos en el país. Según esa conversación, lo hacía en nombre de su sobrino.

La pregunta de si en realidad Rivera actuaba por orden de Glas, o si se aprovechaba de su parentesco para beneficiarse por cuenta propia, parece responderla parcialmente un excolaborador del primero. Alfredo Antonio Alcívar Arauz, quien trabajó en Televisión Satelital como hombre de confianza de Rivera, dijo a la Fiscalía que el vicepresidente y su tío mantenían un sistema de comunicación cifrado de extremo a extremo a través de teléfonos celulares. Según Alcívar, ambos se comunicaban permanentemente, aunque la existencia de esos mensajes y correos electrónicos aún no se ha comprobado públicamente.

Otros dos importantes indicios en contra de Rivera podrían ser dos dispositivos USB. El uno lo entregó Alcívar durante su declaración. El otro llegó desde Brasil. Su contenido aún no ha sido publicado totalmente, aunque se conoce que el primero contiene la información expuesta por el testigo; y el segundo, es parte de la información ya proporcionada por los delatores de Odebretch. El 1 de octubre la Fiscalía deberá mostrar todas las evidencias y llamar o no a juicio a los implicados.

Por ahora el vicepresidente, alejado del primer mandatario, en el centro de una crisis dentro de su movimiento, con un tío preso y sin funciones que cumplir, afronta severas investigaciones. Y quizá no sean las únicas si a Rivera se le continúa acusando de  delitos en el camino. Lo innegable es que Rivera, emisario de su sobrino o astuto aprovechado, ha destapado una olla que, al menos políticamente, ya quemó a Jorge Glas.

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