Tallin, una ciudad medieval en el báltico

Texto y fotos Diego Tirira
Estonia, al igual que las otras dos repúblicas bálticas, obtuvieron su autonomía política y económica a partir de 1991, cuando alcanzaron su independencia luego de siglos de dominación. Si bien las raíces estonias, tanto lingüísticas como culturales, se encuentran en los países nórdicos, principalmente en Finlandia, la mayor influencia que han tenido en los últimos seis siglos provino de Alemania y Rusia.
A lo largo del siglo XX, Estonia fue marcada por las dos guerras mundiales y la cruenta ocupación soviética que la siguió. En la actualidad, luego de 27 años de independencia, Estonia se levanta como un país dinámico y moderno, ahora parte de la Unión Europea y con el euro como moneda.
Tallin es la capital y la ciudad más poblada del país, con una población de casi medio millón de habitantes. Su ubicación estratégica, a orillas del mar Báltico, influyó definitivamente a lo largo de su historia, pues fue un importante puerto comercial durante la época medieval y que unió Europa Occidental, principalmente a los países escandinavos, con Rusia. Esta ubicación fue justamente la que llevó a que la ciudad sea ocupada y sometida por distintos estados a lo largo de su historia.
Los orígenes de la ciudad se remontan al siglo XIII, cuando los caballeros cruzados de la orden Teutónica levantaron los primeros edificios y un castillo. Luego, la ciudad se fue desarrollando hasta convertirse en uno de los principales centros de la Liga Hanseática, una federación comercial y defensiva del norte de Alemania que incluía comunidades de comerciantes alemanes del norte de Europa. A través del comercio muchas de estas ciudades, entre ellas Tallin, lograron un alto nivel de prosperidad.
Tallin alcanzó su mayor apogeo como puerto comercial entre los siglos XV y XVI. A esta época se remontan la mayor parte de los edificios públicos, principalmente iglesias. Durante estos años, la arquitectura de las casas de sus habitantes también se vio influenciada, principalmente por capitales de mercaderes alemanes, que eran el grupo de opulencia. Buena parte de la ciudad antigua se encuentra en muy buen estado, a pesar de los estragos causados por incendios y guerras a lo largo de los siglos. Por este motivo, la Unesco reconoció en 1997 al centro histórico de Tallin como un Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La ciudad de Tallin se caracteriza por sus torres medievales en el centro y sus edificios de estilo soviético en la periferia. La ciudad vieja, llamada Vanalinn en la lengua local, conserva las características de una auténtica ciudad medieval, con antiguas casas de comerciantes y almacenes. La estructura urbana se compone de múltiples callejuelas adoquinadas que confluyen en la Raekoja Platz o plaza del ayuntamiento, que se encuentra situada en el centro de la ciudad vieja.
El ayuntamiento se levanta en un edificio de estilo gótico tardío que fue construido con piedra caliza entre 1371 y 1404. En su fachada destacan dos coloridas gárgolas en forma de dragón que datan del siglo XVII. El edificio posee una torre de 64 metros de altura; en su parte más alta, desde 1530, remata con una veleta que representa a un viejo guerrero y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.
La calle Pikk (larga) atraviesa la ciudad antigua al este de la plaza del ayuntamiento; en su recorrido se encuentran las casas de los comerciantes alemanes. Los edificios más antiguos datan del siglo XV y tener de tres a cuatro plantas. Al norte de esta calle se encuentra la iglesia de San Olaf, que posee una altura de 124 metros. Se cree que su primera construcción se realizó en el siglo XII, aunque la evidencia escrita más antigua se remonta a 1264. El templo fue reconstruido y modificado en el siglo XIV.
Existen numerosos edificios históricos que correspondían a distintos gremios de comerciantes y mercaderes de la ciudad. Entre ellos, de importancia es el que ocupaba la hermandad de “Los Cabezas Negras”, un gremio integrado por jóvenes comerciantes solteros y cuyo nombre se debe a que la hermandad estaba dedicada al santo africano Mauricio, del cual existe un relieve en la fachada de 1597.
En esta calle también se encuentra la iglesia del Espíritu Santo, un edificio del siglo XIII de estilo gótico que posee la torre más antigua de Estonia (1433) y el reloj más antiguo de la ciudad (1684). En su interior destaca el retablo del altar mayor, fechado en 1438, y el púlpito barroco, creado en el siglo XVII.
La calle Vene se encuentra al este de la ciudad vieja, en ella se ubica el antiguo barrio de comerciantes rusos y un abandonado monasterio dominico que data de 1246, destruido después de un incendio provocado por las revueltas contra la reforma luterana. En 1954 fue restaurado y hoy en día alberga un museo. En esta misma calle se ubica el museo de historia de la ciudad y la iglesia de San Pedro y San Pablo, levantada en 1844 en estilo neoclásico.
De las 46 torres que llegaron a conformar la muralla que rodeaba la ciudad antigua, hoy quedan 26. La muralla tiene una altura que varía entre 13 y 16 metros y de dos a tres metros de espesor. Sobreviven seis puertas, entre las cuales destacan en el norte la puerta de la playa; y la puerta sur, construida en 1475 y con una altura de 38 metros.
La parte alta del casco antiguo, conocida como Toompea, está claramente delimitada de la parte baja; de hecho, hasta el siglo XVII solo poseía una entrada. Sobre la colina se ubican, entre otros edificios importantes, el parlamento, la catedral de Alexander Nevski y la iglesia de la Cúpula (Toomkirik), levantada entre los siglos XV y XVII y que da su nombre a la colina. La catedral de Alexander Nevski es una iglesia ortodoxa construida entre 1894 y 1900 en estilo renacentista ruso, durante el período en que el país formaba parte del Imperio ruso.
La ciudad de Tallin es pequeña y su centro histórico compacto. La visita puede tomar un solo día, aunque es recomendable dedicarle al menos uno o dos días adicionales para descubrir los numerosos escondrijos que ofrece.
Guía de viaje para ecuatorianos:
¿Cómo llegar?
Se puede llegar a Tallin por vía aérea, terrestre, férrea o marítima. Desde Ecuador, no existen vuelos directos, pero puede acceder vía Ámsterdam, que tiene vuelos desde Quito y Guayaquil. Por tierra puede acceder desde cualquiera de los países vecinos, en autobús o vehículo propio. Existe servicio de tren directo desde Moscú y San Petersburgo. También hay servicio de ferri desde Finlandia y Suecia. Para acceder a la ciudad vieja de Tallin puede tomar alguno de los tranvías y autobuses que la bordean. El recorrido del centro histórico se lo hace caminando.
¿Cuánto cuesta?
El costo de la vida de los países de Europa del Este es bastante inferior a los precios que se pagan por iguales servicios en Europa occidental. Los países bálticos no son la excepción, aunque quizá son un poco más costosos que sus vecinos cercanos. Presupueste unos 50 dólares de los Estados Unidos por día y persona con un limitado confort; pero si desea ahorrar, puede vivir con unos 25 dólares por día, alojándose en los numerosos albergues y hostales. Quien desee comodidad, calcule no menos de 100 dólares por día. La visita a la ciudad no tiene costo, pero algunos de sus museos y lugares de particular interés sí, aunque los precios por lo general no superan los cinco euros.
¿Cuándo ir?
La visita a esta parte del mundo se restringe casi exclusivamente a los meses de verano (entre junio y septiembre), pues debido a la latitud, los meses restantes pueden ser bastante fríos.
Visado
Estonia se encuentra dentro de la zona Schengen; por lo tanto, de momento los ecuatorianos requerimos de un visado, el cual se debe obtener antes de iniciar el viaje.